
Cortesía de NCAR.
El Efecto Invernadero
La atmósfera de un planeta puede servir en ocasiones como una trampa de calor y energía. Un fotón de energía puede entrar pero no puede encontrar salida facilmente, similar a una pelotita dentro de una máquina de billar romano.
Ciertas moléculas de aire, conocidas como gases de invernadero, interactúan con la energía y la absorben y emiten nuevamente. Generalmente, estas moléculas reemiten la energía de vuelta hacia la atmósfera, donde generalmente es absorbida por otra molécula de gas de invernadero. Los gases de invernadero incluyen vapor de agua, metano, ozono, óxido nitroso, y dióxido de carbono.
Esta característica de las atmósferas es beneficiosa debido a que la energía que es emitida de vuelta mantiene la temperatura de la atmósfera, de la misma forma que el efecto invernadero mantiene temperaturas cálidas dentro de un invernadero. El efecto invernadero también ayuda a mantener temperaturas estables durante el día y la noche.
Una atmósfera que contiene gases de invernadero puede tener un poderoso efecto invernadero. Sin la atmósfera y los gases invernadero, la superficie de la Tierra sería tan fría como la superficie de Marte. Sin embargo, la presencia de demasiados gases de invernadero pueden hacer que la temperatura aumente fuera de control. Este es el caso de la atmósfera de Venus.
El efecto de invernadero de la Tierra está aumentando a medida que aumentan los gases de invernadero en la atmósfera. Los gases de invernadero adicionales provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles, que libera gases y otros agentes contaminantes del aire en la atmósfera. Un efecto invernadero más fuerte está haciendo que el clima de la Tierra se caliente.