Un equipo internacional de investigación dirigido por los Estados Unidos confirma que debajo de la lámina de hielo del este de la Antártica existe una cordillera de montañas similar a la de los Alpes
Un avión bimotor ligero voló el equivalente a varios viajes alrededor del globo estableciendo una red de instrumentos sísmicos a través de un área del tamaño de Texas. Un equipo internacional de científicos dirigidos por E.E.U.U. no sólo ha verificado la existencia de una codillera de montaña que se sospecha causó la formación de la masiva lámina de hielo del este de la Antártica, también ha creado una imagen detallada del paisaje rugoso enterrado bajo más de cuatro kilómetros (2.5 millas) de hielo.
"Trabajar en equipo bajo algunas de las condiciones más inhóspitas imaginables, a temperaturas promedio de -30 grados Celsius, nuestro equipo de siete naciones ha producido imágenes detalladas de la última cordillera de montaña inexplorada de la Tierra", señaló Michael Studinger, del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia, y co-líder de la porción de los E.E.U.U. del proyecto la Provincia Gamburstev de la Antárctica ( AGAP, por sus siglas en Inglés, Antarctica's Gamburstev Province). "Mientras nuestros aviones de investigación volaban sobre la blanca y plana lámina de hielo, los instrumentos revelaban un terreno notablemente rugoso, con valles profundos y picos de montañas muy escarpados".
La Fundación Nacional de Ciencias (NSF por sus siglas al Inglés, National Science Foundation), en su papel como encargado del Programa Antártico de los E.E.U.U., proporcionó gran parte del apoyo logístico que hizo posible estos descubrimientos. NSF también apoyó a investigadores de la Universidad de Columbia, de la Universidad de Washington en St. Louis, de la Universidad del Estado de Pennsylvania, del Centro para Teledetección de Láminas de hielo (CReSIS por sus siglas en Inglés, Center for Remote Sensing of Ice Sheets) de la universidad de Kansas, del Estudio Geológico de los E.E.U.U. (por sus siglas al Inglés, USGS, U.S. Geological Survey) y a las Instituciones de Investigación Sismológicas Incorporadas (IRIS por sus siglas al Inglés, Incorporated Research Institutions in Seismology).
Los resultados iniciales de AGAP, basados en exámenes aereogeofísicos y en los datos de una red de sensores sísmicos desplegados como parte del proyecto, si bien son extremadamente emocionantes, también hace que surjan preguntas adicionales sobre el papel que juega Gamburtsevs en el nacimiento de la lámina de hielo antártica del este, la cual se extiende a más de 10 millones de kilómetros cuadrados sobre la placa de roca de la Antártida, señaló el geofísico Fausto Ferraccioli, del Estudio Antártico Británico (por sus siglas al Inglés, BAS), quien dirigió el equipo de ciencia británico.
"Sabemos que las montañas no sólo son del tamaño de las montañas europeas, sino que también tienen picos y valles similares", señaló. "Pero esto agrega aún más misterio sobre se formó la extensa placa de hielo de la antártica este".
Así mismo, agregó "si la placa de hielo creciera lentamente, entonces esperaríamos ver montañas erosionadas en forma de meseta. Pero la presencia de picos y de valles podría sugerir que la placa de hielo se formó rápidamente, simplemente no sabemos. Ahora, nuestro gran reto es analizar los datos y la información para poder entender mejor qué ocurrió" hace millones de años.
El área de estudio de AGAP cubrió aproximadamente 2 millones de kilómetros cuadrados de la lámina de hielo.
La información inicial parece confirmar resultados previos de que debajo de la lámina de hielo de Antártida existía un gran sistema acuático con extensos lagos y ríos, un continente del tamaño de los E.E.U.U. y de México juntos.
"Las temperaturas en nuestros campamentos eran aproximadamente -30 grados Centígrados, pero a tres kilómetros debajo de nosotros, en la parte inferior de la placa de hielo, vimos agua líquida en los valles", señaló AGAP U.S. Co-líder Robin Bell, también de Lamont Doherty. "El radar montado sobre las alas del avión transmitía energía a través del grueso hielo e indicaba si hacía más calor en la base de la placa de hielo."
Los datos de AGAP ayudarán a los científicos a determinar el origen de la lámina de hielo de la antártica este y del papel que jugó Gamburtsevs en esto. También les ayudará a entender qué papel jugó el sistema acuático subglacial en la dinámica de las placas de hielo; esto ayudará a reducir incertidumbres científicas en cuanto a las predicciones del futuro y aumento potencial del nivel del mar. El informe más reciente del Panel Intergubernamental de Cambio de Clima (IPCC, por sus siglas al Inglés, Intergovernmental Panel on Climate Change) señaló que es difícil predecir cuánto contribuirán las extensas placas de hielo de Groenlandia y de la Antártida al aumento del nivel del mar, ya que se sabe muy poco del comportamiento de las placas de hielo.
Los datos también serán utilizados para ayudar a localizar el hielo más viejo del mundo.
Los descubrimientos de AGAP fueron realizados a través del trabajo de campo que se realizara en diciembre y enero, cerca de la conclusión oficial del año Polar Internacional (IPY, por sus siglas al Inglés, International Polar Year), el más grande esfuerzo científico internacional coordinado en cinco décadas. Las ceremonias que marcan la conclusión del trabajo de campo de IPY se llevará a cabo en Ginebra, Suiza, el 25 de febrero.
NSF es la agencia líder de los E.E.U.U. para el IPY. Con el programa Antártico, NSF maneja toda la investigación federal financiada sobre el continente más al sur del planeta.
En pleno espíritu del IPY, señaló Detlef Damaske del Instituto Federal Alemám de Ciencias de la Tierra y de Recursos Naturales, equipos científicos, ingenieros, pilotos y personal de apoyo de Australia, de Canadá, de China, de Alemania, de Japón, del Reino Unido y de los E.E.U.U. unieron sus conocimientos, maestría y recursos logísticos para desplegar dos aviones de estudio equipados con un radar de penetración de hielo, gravímetros y sensores magnéticos, así como de una red de sismómetros; este es sin duda un esfuerzo que una sola nación no habría podido llevar a cabo.
"Este es un fantástico final de IPY", señaló Ferraccioli.
Mientras tanto, Bell indicó que AGAP es "un emblema de lo que la comunidad científica internacional puede lograr trabajando juntos".
En una de las expediciones de "campo profundo" más ambiciosa, desafiante y adventurera del IPY, los científicos de AGAP recolectaron terabytes de los datos necesarios para crear las imágenes del enigmático Gamburtsevs, primero descubiertas por los científicos rusos en 1957 durante el Año Geofísico Internacional (IGY, por sus siglas al Inglés, International Geophysical Year), precursor de IPY.
Mientras los aviones realizaban una serie de vuelos de estudio, cubriendo un total de 120 000 kilómetros cuadrados, los sismólogos volaron a 26 sitios diferentes, a través un área más grande que el estado de Texas, usando los aviones "Nutria Gemela", equipados con esquíes, para poder instalar el equipo científico que funcionará con energía solar y baterías durante el próximo año.
El equipo de sismología de la Universidad de Washington, estado de Pennsylvania, IRIS, y el Instituto Nacional de Investigación Polar de Japón, también recuperaron diez sismógrafos que han estado recogiendo datos desde el año pasado durante el oscuro invierno antártico en temperaturas de hasta -73 grados de centígrados (- 100 grados Fahrenheit).
"La temporada fue un gran éxito", señaló Douglas Wiens, de la Universidad de Washington en St. Louis". Recuperamos las primeras grabaciones sísmicas de toda esta parte de la Antártida, y por primera vez, los sismógrafos funcionaron durante el invierno antártico en temperaturas de hasta -100 F. Ahora, estamos inundados de información que nos ayudará a descubrir quién es responsable de empujar las montañas hacia arriba en esta parte de Antártida".
El texto anterior es cortesía de la Fundación Nacional de Ciencias (NSF)