Inmersión a bordo del Alvin, Parte 1
Nos subimos a bordo del Alvin. Una vez adentro, no había mucho espacio para que los tres pudiésemos movernos. La "cabina" es una esfera hecha de metal titanio soldado, y tiene el tamaño de un pequeño armario (o un automóvil muy pequeño). El piloto se sienta en el centro y cada uno de los dos observadores tiene una ventanilla para poder ver hacia afuera, y cada uno puede controlar un sistema de cámara y de iluminación movible. El descenso fue realmente rápido, unos 30 minutos, a medida que descendíamos el submarino se sentía bastante estable. Por la ventanilla podíamos ver gran cantidad de vida flotando alrededor, a medida que el agua se iba oscureciendo más y más. Eventualmente, estábamos totalmente a oscuras a excepción de las criaturas fluorescentes con formas muy extrañas. A medida que nos acercábamos al suelo marino, Bruce, el piloto, redujo la velocidad mediante la liberación de agua de un tanque. Fue un aterrizaje apacible sobre lo que parecía ser un fango suave. El fango estaba compuesto de sedimentos de lo que probablemente eran materiales biológicos que parecían estar por todas partes en la columna de agua. Susan y yo estábamos completamente absortos e impresionados con la escena.
Tim
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