Suelos Marcianos
Los suelos se forman mediante un complejo proceso de interacción de las moléculas del suelo con las partículas y moléculas de la atmósfera. Debido a la manera cómo se forman los suelos, las mediciones del suelo contribuyen a la comprensión del clima de un planeta, estado del tiempo, procesos de la superficie, y composición atmosférica.
Previo a las misiones Vikingo a Marte, el conocimiento de las rocas en Marte se basaba en los meteoritos marcianos, y todos eran rocas maficas y rocas ígneas. El primer análisis del suelo de Marte obtenido por los módulos de aterrizaje Vikingo, no encontraron evidencias de vida, en cambio mostraron que las moléculas orgánicas son muchos más escasas que las que hay en la luna de la Tierra. Las misiones Vikingo confirmaron la presencia de agua en los suelos y atmósfera, tanto en estado sólido como gaseoso.
Aún cuando las rocas no eran similares, los suelos hallados cerca de las rocas exploradas por el Explorador Pionero de Marte, eran similares a las que Vikingo I (revise el amplio mapa topográfico de Marte, para comprobar la distancia entre los dos lugares de aterrizaje) encontró. En el lugar de aterrizaje de Vikingo, por lo general, las rocas estaban cubiertas de polvo rojo brillante, mientras que en el Valle Ares , estas rocas eran escasas. En cambio, las rocas parecían ser en su mayoría de color gris obscuro. Esto sugiere que los suelos de Marte podrían ser una unidad globalmente depositada, quizás arrastrada alrededor del planeta por las tormentas de polvo globales.
De los resultados suministrados por la misión Pionero de Marte, los suelos encontrados por el Explorador no parecen ser resultante de rocas en el lugar de aterrizaje del Pionero Marte. Cerca del lugar de descenso, los científicos no encontraron evidencia de hematita, magnetita o goertita - minerales con importantes contenidos de hierro.
Se espera que en su superficie, Marte tenga más cantidad de hierro de lo usual (hematita, y magnetita son materiales magnéticos ), dado que el núcleo es pequeño, y el campo magnético, generado en el interior, es débil. Los científicos están ocupados tratando de comprender estos desconcertantes resultados.