Clima espacial a lo largo del Sistema Solar
Clima espacial a través de la heliosfera
Las estrellas son enormes, y su influencia se extiende mil millones de kilómetros en el espacio alrededor de ellos. La estrella más cercana, nuestro Sol, no es ninguna excepción. En cierto modo, los terrícolas vivimos dentro de la atmósfera externa de nuestro Sol. El Sol está redeado por una "burbuja" en el espacio llamado, la heliosfera. El viento solar llena a la heliosfera con partículas y enérgicos campos magnéticos, se extiende hacia afuera de la atmósfera solar, más allá de la órbita de Plutón. En alguna parte, hacia fuera, más allá de lo más lejano (es decir, ¡de nuestro Sistema Solar!), el planeta yace sobre la heliopausa, límite donde finalmente disminuye la influencia del viento solar y en donde realmente comienza el espacio interestelar. Los instrumentos de la nave espacial interplanetaria nos ayudan a sondar los distantes alcances de la heliosfera, mientras que las naves espaciales están en riesgo del daño por las tormentas de clima espacial. Algún día los astronautas viajarán lejos de la Tierra, y su seguridad dependerá de nuestro conocimiento de la radiación a lo largo de la helisofera.
Interacciones del clima espacial con objetos en nuestro sistema solar
Dentro la helisofera, el viento solar obra recíprocamente con los planetas, lunas, y demás cuerpos más pequeños de nuestro Sistema Solar. Algunos planetas son similares a la Tierra, fuertes campos magnéticos globales que interactúan con el viento solar. La interacción de magnetosferas planetarias con el viento solar da lugar a complejos sistemas, correas de radiación dinámica, flujos de corrientes eléctricas, y exhibiciones áureas en las vecinidades de tales planetas. Los planetas que carecen de campos magnéticos quedan sin blindaje del bombardeo por los flujos solares. La radiación solar que afecta las atmósferas y las superficies de tales planetas, altera la química de esos planetas, a veces influenciando profundamente su evolución sobre escalas de tiempo bastante largos. Algunas lunas también tienen campos magnéticos y magnetosferas, aunque la mayoría no tienen y quedan expuestas al bombardeo de energía solar. Los cometas, con sus colas largas de polvo y de gases ionizados, claramente son los cuerpos más influenciados por el viento solar. Las direcciones hacia donde señalan las colas cometarias son conducidas por la presión de radiación de la luz solar y la fuerza solar del campo magnético interplanetario (FMI).
Clima espacial y el ciclo de vida de las estrellas
Las estrellas, y los sistemas planetarios que las rodean, cambian a lo largo del tiempo. Nuestro Sol, ahora menos brillante, era más activo en su infancia. El fuerte viento solar de nuestro Sol durante la etapa joven barrió el polvo sobrante después de que se formaron los planetas. En años recientes hemos podido observar las helioesferas de otras estrellas, ayudándonos a aprender sobre nuestro propio Sol a través de comparaciones. Las fases tempranas y activas de la vida de una estrella, ejerce una influencia de gran alcance sobre la formación de planetas en su vecinidad. Asimismo, la emanación de energía durante la muerte de las estrellas más viejas, especialmente en los casos que conllevan a explosiones de Novas y supernovas, pueden influenciar el desarrollo de otro sistemas estelares a lo largo de distancias de muchos años luz.